Un junio agitado en Rostock y Heligendamm

Derechos sociales globales. En la cumbre del G-8, los movimientos antiglobalización obtuvieron una considerable atención por parte de los medios

Durante la cumbre oficial del G-8, Angela Merkel fue la única participante que causó una impresión positiva; hubo incluso quien se refirió a ella con el adulador título de "canciller del clima". A las pocas semanas subrayaba su conciencia ecológica con una visita a los menguantes glaciares de Groenlandia, que contempló desde un helicóptero.

Pocos meses después no queda literalmente nada de todo aquello. Como ya sucediera en anteriores cumbres de las ocho potencias económicas, el encuentro de Rostock ha resultado irrelevante en lo que a encontrar soluciones para uno de los principales problemas del planeta se refiere. Para los movimientos antiglobalización, sin embargo, la semana pasada en Rostock y Heiligendamm han sido de importancia duradera. Por primera vez consiguieron perturbar efectivamente el transcurso de una cumbre. Los participantes se vieron casi obligados a encerrarse para mantener sus reuniones. Al mismo tiempo, las muchas facetas de la protesta consiguieron ganar a miles de jóvenes para la causa. Para muchos de ellos, el viaje hasta las costas del Báltico fue su primera actividad política de peso. Podían contar con la benevolente atención de los medios.

Debates sobre alternativas

Medico participa desde un primer momento en esta movilización, en marcha desde hace dos años. La manifestación del sábado contribuyó tanto a su éxito como los bloqueos organizados, la "Contra-Cumbre" y por supuesto los campamentos de Rostock, Reddelich y Wichmannsdorf. Durante toda la semana, los campamentos ofrecieron cobijo y un espacio de diálogo y celebración a los más de 20.000 manifestantes (en su mayoría adolescentes). Todo ello fue posible gracias a la alianza que reunió a ONGs, sindicatos y agrupaciones e iniciativas sociales de todo tipo. Las ONGs, en concreto (y Medico entre ellas), contribuyeron con cuatro conferencias previas a la cumbre y con la "Contra-Cumbre" de Rostock. Más de mil personas participaron en los plenos, con amplia presencia internacional, y en los numerosos talleres y seminarios. Los debates se centraron en los mismos problemas que se iban a plantear en la cumbre del G-8: el preocupante grado de empobrecimiento y pérdida de derechos de millones de personas tras tres décadas de globalización neoliberal, las guerras y la violencia cotidianas en un número cada vez mayor de países (en especial del sur) y por supuesto la catástrofe climática. Aquí, sin embargo (y ahí radica la diferencia fundamental), no se pretendía encontrar soluciones desde la perspectiva neoliberal, sino desde la superación del neoliberalismo.

Diálogo con los sindicatos

Punto álgido de la movilización fue la conferencia "Derechos globales sociales", que en febrero de 2007 reunió en la sede sindical de Frankfurt a ciento treinta delegados. Los convocantes fueron Attac, IG Metall, la iniciativa "kein mensch ist illegal", FIAN y Medico. Esta inesperada y desigual alianza, tal y como rezaba el segundo título de la conferencia, pretendía ofrecer "perspectivas para otra globalización". El común denominador de los organizadores radicaba en principio en la voluntad de encontrar tales perspectivas en la lucha a favor de los derechos sociales y su vigencia global. Así como Medico lucha por el acceso universal a la salud, FIAN dedica sus esfuerzos a defender el derecho de toda persona no sólo a la supervivencia sino al acceso a una alimentación suficiente. Y del mismo modo que Attac defiende el derecho universal a unos ingresos socialmente garantizados más allá del trabajo para terceros, los sindicalistas empiezan a comprender la representación de los derechos de los asalariados como una lucha de alcance mundial. El debate fue extremadamente animado, y se prolongó desde las once de la mañana hasta las once de la noche. Las metódicas precauciones de los promotores hicieron que el debate fuese un éxito: desde un primer momento acordaron examinar desde un punto de vista crítico hasta qué punto era posible cohesionar los distintos intereses específicos. Después de todo, el derecho igualitario al acceso a la salud en todo el mundo resulta tan secundario para los sindicatos como secundarias son las preocupaciones de los comités de empresa para Attac, FIAN y Medico. Las diferencias y contradicciones quedaron nuevamente de manifiesto ante la pregunta planteada por los emigrantes sobre si todos los presentes reconocían su derecho a gozar de los mismos derechos en cualquier lugar y si estaban dispuestos a apoyarlos activamente.

Similitudes y diferencias

El debate de Frankfurt continuó durante el pleno de la tarde y los talleres subsiguientes en la iglesia de san Nicolás en Rostock. De entre los iniciadores destacan varios activistas de Greenpeace, que añadieron a los derechos exigibles ya expresados el derecho a una justicia ecológica global. Si bien en un primer momento las contradicciones entre los participantes se profundizaran, finalmente fue cimentándose la idea de que los derechos globales sociales sólo pueden alcanzarse desde el trabajo en común. Es más: al analizar solidariamente las diferencias quedó patente que con las distintas y en un principio al menos contradictorias pretensiones de derechos globales sociales se estaba exigiendo en realidad esa "otra globalización" y ese "otro mundo" cuya viabilidad había quedado demostrada en Rostock de manera fehaciente. A esto se correspondía además la voluntad expresada por todas las partes de profundizar y concretar el diálogo iniciado, y no sólo durante la próxima cumbre del G-8.

Thomas Seibert

Publicado: 02. mayo 2008

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