Entrevista

Política climática contra l@s pobres

Una conversación con el activista keniano David Otieno.

medico: Tú formas parte la Kenyan Peasants League, un movimiento aún reciente de pequeños campesin@s, pescador@s y pastor@s que se movilizan en contra de las falsas respuestas frente la crisis climática, ¿cuál es su crítica en concreto?

David Otieno: Entendemos como falsas respuestas a los programas y estrategias celebrados como soluciones frente al cambio climático tanto por empresas, por el sector agroindustrial como por gobiernos, pues estos se fundamentan en la misma lógica y en las mismas prácticas capitalistas que han ocasionado la crisis ambiental. Entre estas prácticas se encuentran la comercialización, el extractivismo, el empleo de transgénicos y la agricultura intensiva emisora de una gran cantidad de gases de efecto invernadero. El sistema dominante de producción industrial de alimentos impulsa un modelo a nivel internacional que implica el control sobre la tierra, las semillas, el agua y sobre la totalidad del sistema alimentario. En el marco de tratados de libre comercio y de acuerdos de asociación económica, este sistema de producción de alimentos obliga a países del Sur Global como Kenia a promover dichas falsas soluciones, como por ejemplo el Programa para una Agricultura Sostenible y para la Reducción de las Emisiones de la Deforestación (REDD+). Todo esto suena excelente pero tiene, en realidad, consecuencias dramáticas para las personas que habitan en las regiones afectadas.

¿Cómo funciona REDD+ exactamente?

REDD+ es un marco creado en la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático de 2013 para dirigir las actividades en el sector forestal con el propósito de reducir las emisiones producto de la muerte de los bosques y la deforestación, así como reforzar el mejoramiento de las reservas de carbono en los bosques ubicados en países en desarrollo. Así, por ejemplo, en Kenia se busca la reforestación del bosque Mau, y de varios Parque Nacionales, como el de los Aberdares, el del Monte Elgon, así como el de Chyulu Hills. Además existe un proyecto de carbono para la agricultura. No obstante, todo esto conduce a la expulsión de comunidades indígenas de su tierra; una expulsión llevada a cabo en nombre de la protección ambiental. Por último, estos proyectos transfieren la deuda sobre el cambio climático a personas que no lo han ocasionado, sino que más bien son sus principales víctimas. Esto pasa cuando no se vincula a l@s afectad@s en la elaboración de estos conceptos.

La cuestión del endeudamiento de los países más pobres se está volviendo cada vez más apremiante. ¿Cuál es la relación entre soberanía alimentaria y endeudamiento?

Hay una conexión muy estrecha entre el endeudamiento y la crisis alimentaria, sobre todo cuando los países no están en condiciones de pagar sus deudas en el plazo estipulado. En este caso, se les obliga a negociar nuevas condiciones, como su ingreso bajo coerción en tratados de libre comercio que, entre otras cosas, da vía libre a la importación de comida chatarra, de herbicidas químicos, pesticidas y fertilizantes. Esto hace extremadamente difícil para estos países alcanzar la soberanía alimentaria. Por si fuera poco, como estas deudas deben pagarse siempre en monedas extranjeras, por ejemplo en dólar estadounidense, los países endeudados como Kenia se ven además obligados a establecer una agricultura de orientación exportadora.

Ustedes hablan de un “feminismo campesino”. ¿Qué significa eso?

El patriarcado es un sistema que convierte los recursos en mercancía, los explota y los destruye; a su vez, excluye a la mayoría de seres humanos del acceso a bienes comunes como el agua, la tierra y sus productos. Otro de sus elementos centrales es la comercialización del cuerpo, de la vida y de la sexualidad de las mujeres; asimismo, define el carácter de su trabajo, ya sea formal o informal, sus condiciones laborales y su sobreexplotación. Por otro lado, el patriarcado está enraizado en muchas normas y tradiciones que son utilizadas para mantener en pie este poder y esta jerarquía. El feminismo campesino tiene como objetivo deconstruir la lógica de poder del patriarcado y transformar el ejercicio vertical del poder en uno horizontal: transitar de un “poder sobre otr@s” a un “poder con otr@s”. Existe un grave malentendido, según el cual el feminismo se trata de una lucha de las mujeres en contra de los hombres. No se necesita ser mujer para ser feminista; lo único que se requiere es comprender que el sistema capitalista ha fracasado a la hora de resolver la crisis económica y alimentaria global y ahora recurre a la violencia para ocultar el hecho de su fracaso.

Uno de los elementos centrales a los que ustedes apelan es la “solidaridad nacional, regional e internacional”. ¿Qué entienden por ella?

Con esta solidaridad nos referimos a movimientos de todo el mundo, a un movimiento transnacional de productor@s y consumidor@s de alimentos que creen en la soberanía alimentaria, es decir, en un sistema que respeta los derechos de l@s productor@s a una elaboración y a una comercialización de alimentos culturalmente apropiados. Esto incluye el derecho de l@s consumidor@s para decidir lo que desean consumir.

¿Qué características tiene el mundo que ustedes buscan conseguir con su trabajo?

El mundo que nosotros queremos construir es uno en el que las personas tengan el control directo y democrático sobre los elementos más esenciales de la sociedad, es decir: cómo nos alimentamos, cómo utilizamos la tierra, el agua y otros recursos naturales de nuestro entorno y la manera en que los conservamos para futuras generaciones, además de la manera en que nos relacionamos e interactuamos con otros grupos y culturas.

Entrevista realizada por Radwa Khaled-Ibrahim, traducción por Benjamín Cortés

Publicado: 27. septiembre 2022

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