Nepal

Reconstrucción luego del terremoto

La rapidez no es sinónimo de calidad. Un proceso social de democratización es un prerrequisito por resultados sostenibles.

En los días posteriores al terremoto en Nepal en la primavera boreal de 2015, los medios de comunicación alemanes informaron sobre los obstáculos que debía afrontar el personal de ayuda enviado por Occidente a causa de las autoridades locales: repetidamente se reportó que se les impedía realizar las actividades para las cuales habían acudido. En cambio, los informes desde otras perspectivas (las nepalesas), que describían las fallas de la ayuda internacional, fueron mucho más escasos: los retrasos en el aeropuerto de Katmandú porque los pesados aviones militares que transportaban suministros de ayuda habían dañado la pista de aterrizaje; las ONG que llevaban botellas de agua a las zonas montañosas donde no faltaba el agua. De hecho, la rapidez no es siempre lo más importante.

Desde entonces ha pasado aproximadamente un año, pero el conflicto en torno a la “rapidez” ha vuelto a resurgir. En efecto, las organizaciones internacionales critican que la reconstrucción tarda demasiado tiempo. Por un lado, esto es verdad. Pero por otro, no debe olvidarse que el país se encuentra en un profundo proceso de transformación tanto político como social. Desde hace años, el país lucha por la promulgación de una nueva Constitución. La población se ha decidido por un derecho al voto que posibilite la participación política de grupos étnicos, religiosos y sociales hasta ahora discriminados. Todo esto genera inevitables conflictos, pero éste es forzosamente el entorno en el cual debe organizarse la reconstrucción.

Las organizaciones internacionales desearían trabajar de manera libre y autónoma. Para ayudar, pero también para cumplir con sus propios plazos y alcanzar sus objetivos planificados. Pero el gobierno nepalés insiste en que cada proyecto debe ser coordinado con las instancias nacionales. Se ha creado, además, una autoridad que organiza la reconstrucción de manera centralizada. “Los organismos internacionales desean implementar rápidamente muchos proyectos de alta visibilidad y luego retirarse. En cambio, el enfoque del gobierno aspira a lograr una ayuda de amplio alcance”, explica Brabim Kumar de AYON, la red nepalesa de organizaciones juveniles que es contraparte de medico. Ésta sería la otra perspectiva: que el gobierno nepalés ha aprendido de las fallas que ocurrieron, por ejemplo, en Haití, donde la ayuda internacional ignoró a la mayor parte de las instituciones locales, con lo cual se debilitaron irremediablemente las estructuras haitianas. La situación podría ser diferente en Nepal, si se cumple el prerrequisito de un proceso social de democratización. Es verdad que esto toma tiempo, pero podría llevar a resultados sostenibles.

Bernd Eichner

medico y sus socios en Nepal

medico international fomenta la ayuda para la reconstrucción de las organizaciones contrapartes locales Health and Nutrition Development Society (HANDS), Nepal Development Society (NEDS), Public Health Concern Trust Nepal, Environmental Camps for Conservation Awarenes (ECCA) y Association of Youth Organizations Nepal (AYON). Se trata de proyectos para levantar viviendas y reconstruir escuelas y centros de salud. Además, se ofrecen talleres para apoyar a los sobrevivientes en sus demandas de rendición de cuentas por parte de las élites locales y las autoridades.

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Publicado: 21. septiembre 2016

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