Las opciones civiles han pasado a segundo plano

Entrevista con la coordinadora de proyectos de medico para África Occidental, Sabine Eckart, sobre la crisis en Mali

Desde inicios del año 2012, los acontecimientos en Mali se han precipitado. El país fue sacudido por un levantamiento de los tuareg, en marzo lo siguió un golpe militar en la capital Bamako, y en el norte aumentó el terror causado por las milicias religiosas radicales, lo que ha llevado al éxodo de cientos de miles de personas. En esta difícil situación, también se ha modificado el trabajo de las contrapartes de medico en Mali.

¿Cuáles son las consecuencias de la escalada de la violencia para los esfuerzos de democratización de la sociedad civil y la labor de las contrapartes de medico AME (Association Malienne des Expulsés) y ARACEM (Association des Refoulés d’Afrique Centrale au Mali)?

{sabinejpg class="links"} Nuestras contrapartes en Mali son organizaciones de base, que abogan principalmente por los derechos de los/las migrantes. Hasta el momento, AME se ha concentrado en apoyar a los migrantes rechazados y repatriados provenientes de Europa y del Magreb en Bamako. A su vez, ARACEM ha dirigido sus esfuerzos a los no-malíes que se han visto obligadas a permanecer en el país durante su ansiado camino a Europa. El golpe militar en marzo de 2012 y la evolución de los acontecimientos desde entonces han llevado a ambas organizaciones a modificar su enfoque y centrarse en temas relacionados con la situación general de Mali. Desde entonces han asumido un gran compromiso político al interior de grupos de la sociedad civil.

¿Cuáles han sido concretamente las consecuencias del golpe de Estado y la intervención militar bajo el liderazgo francés para su trabajo?

Se han modificado no solamente las condiciones sino también los temas prioritarios de la labor. Por tal motivo, durante los últimos meses ambas contrapartes modificaron sus mandatos para en el futuro interceder concretamente a favor de todos los desplazados contra su voluntad. Muchos migrantes que se encontraban camino al Magreb tuvieron que interrumpir su viaje luego de que grupos religiosos radicales asumieran el control en el norte del país. Estas personas son especialmente vulnerables, ya que no cuentan con ninguna red social en la región. Muy tempranamente, ya en marzo de 2012, AME exploró la situación en el lugar para formarse una opinión de la misma. A través de sus contactos le fue posible apoyar a los migrantes, especialmente en las zonas limítrofes con Argelia y Mauritania. Desde la escalada militar y la intervención, han cesado las expulsiones del Magreb y Europa a Mali. Hasta ahora, el apoyo para los migrantes repatriados constituía el trabajo diario de AME y ARACEM. Ahora, en cambio, cada vez más desplazados internos malíes provenientes del norte llaman a las puertas de nuestras contrapartes. El compromiso de éstas se extiende desde la ayuda humanitaria y las actividades políticas para la protección de sus derechos hasta el apoyo a organizaciones de base de los desplazados internos.

¿Cómo describiría la situación de los desplazados internos?

Aproximadamente la mitad de los desplazados por los conflictos (unas 250.000 personas) huyó a los países limítrofes, principalmente a Mauritania y Burkina Faso, donde se les acomodó en campamentos y se les “administra” de manera centralizada. Sin embargo, en Mali la situación es especial dado que existen muy pocos campamentos de refugiados. La mayor parte de los desplazados que se han quedado en el país (alrededor de 200.000 personas) residen con familias anfitrionas, es decir, con parientes o amigos, los cuales muchas veces también viven en la pobreza. Estas “soluciones privadas” disimulan a menudo la miseria de los refugiados. Pero por suerte, las antiguas redes sociales y los vínculos familiares todavía funcionan muy bien.

¿Cuáles son las consecuencias de esta situación para el trabajo de las contrapartes de medico?

La situación en general tiende a sobrecargar sus capacidades y recursos, ya que deben enfrentarse a exigencias y expectativas que van más allá de sus posibilidades. Deben confrontarse diariamente con sufrimientos que sólo pueden ayudar a resolver de manera limitada. Aunque de hecho hacen lo posible. medico ha puesto a disposición recursos adicionales para apoyar a los desplazados internos. Una opción para manejar esta sobrecarga consiste sin duda alguna en establecer prioridades.

¿Cuál es el rol que juega la herencia colonial en la crisis de Mali?

En África, los regímenes centralizados al estilo francés son un problema muy importante. Mali es un país grande y extremadamente heterogéneo, en el cual deben concordar intereses diversos y múltiples tradiciones culturales. Desde inicios de los años 90, se han llevado a cabo intentos de descentralización en el país. Esto ocurrió como resultado de la revolución de 1991, pero la iniciativa no fue llevada a buen fin. Un motivo para este fracaso fue la influencia ejercida por las élites, que hicieron todo lo posible para mantener la estructura centralista. Y por un motivo muy simple: es más sencillo controlar los recursos en un Estado centralista que en una estructura descentralizada.

En cuanto a las materias primas: ¿Juega el acceso a éstas un papel en el conflicto en sí, tanto en Mali como en los países vecinos como Níger? ¿Y en la decisión francesa de proceder con la intervención?

Si se observa la distribución de la riqueza económica en Mali y el papel de las empresas internacionales que usurpan el patrimonio de la sociedad al explotar las materias primas, es evidente dónde se encuentra el problema: el 95 por ciento de las ganancias por la explotación del oro salen del país, y solamente un cinco por ciento queda en el mismo. Este cinco por ciento asegura el 70 por ciento del presupuesto estatal. De hecho, si se tratara de reformular una visión para Mali, habría que partir de una distribución más transparente y justa de la riqueza nacional. Esto tendría consecuencias positivas para todo el sector de servicios, también para el sector de la salud. Una visión política, que tuviera como objetivo la desintegración del país, sería de beneficio para los países vecinos de Mali y esto debería haber despertado el interés de Francia. El control del norte del país constituye un elemento central en el conflicto actual, ya que se presume que allí se encuentran grandes yacimientos de materias primas. Casi todas las áreas de prospección se encuentran en el norte. Aquí operan muchos países: además de Francia también figuran Italia y Argelia. Aparte de intereses geoestratégicos y de política de seguridad, como por ejemplo el aseguramiento de las vías de transporte, el control del acceso a las materias primas juega aquí un papel central tanto para las dinámicas internas como también para las intervenciones del exterior.

Aun antes del golpe de Estado, ya existía en Mali una creciente crítica por parte de la sociedad civil a la política existente y a la clase política, la cual se aferraba a la relación dispareja entre el centro y la periferia, y defendía la corrupción. ¿Es posible que este movimiento democrático se debilite a causa de la intervención militar?

Es indudable que los esfuerzos de democratización se verán perjudicados por la intervención. La libertad de movimiento y de reunión se ve limitada por los actores militares. Esto trae como consecuencia que las organizaciones de la sociedad civil no puedan articularse públicamente como acostumbraban hacerlo. Éste fue el motivo por el cual no hubo más remedio que cancelar la planificada “marcha blanca”, en la cual colaboraban nuestras contrapartes. También se ha restringido la libertad de prensa. Se ha impuesto límites estrictos al acceso de los periodistas a las regiones en disputa, y se filtran las informaciones destinadas al exterior. Esencialmente es posible aseverar que los debates sociales se han polarizado a causa de la intervención. Los temas internos han pasado a un segundo plano frente al tema más importante – la opción militar. Por el momento casi no se negocian opciones civiles, ya que las condiciones marco aparentemente no están dadas. A esto debe agregarse que la intervención ofrece un enorme potencial de movilización a los sectores religiosos radicales. Esto puede observarse en Mauritania, donde los movimientos religiosos radicales vienen imponiéndose con fuerza, haciendo referencia también a la intervención en el vecino país de Mali. Allí se corre un fuerte riesgo de una ruptura del ya tambaleante consenso social.

¿Puede entonces decirse que la intervención militar amenaza con cimentar o legitimar las condiciones políticas actuales?

Sí, efectivamente ésa es mi opinión. El sistema político internacional se apoya fuertemente en la representación. Por el momento, Mali se encuentra representado a nivel internacional tan sólo por un gobierno de transición no legitimado democráticamente. Y esto es sumamente insatisfactorio. Y podría decirse también que todos los esfuerzos reformistas han pasado actualmente a un segundo lugar, ya que se trata sólo de asegurar el estatus quo luego de que se retiren las tropas francesas. Y nadie pone en duda que el estatus quo es peor que la situación reinante con antelación al golpe de Estado.

A pesar de que actualmente es difícil formular un pronóstico: ¿Cuáles serán los próximos pasos de las contrapartes de medico?

El primer paso consiste en asegurar su labor y la subsistencia de sus estructuras bajo las nuevas condiciones. Durante nuestra última reunión en Mali en diciembre de 2012, quedó claro que la situación cambia día a día y que nuestras contrapartes deben ser flexibles y adaptarse. AME se prepara para incrementar las medidas para el apoyo de desplazados internos y sus familias anfitrionas. Aquí no se trata solamente de ayuda material. El elemento central consiste en trasladar la empatía ganada a través de las experiencias propias relacionadas con la expulsión a un enfoque de trabajo psicosocial. El haber pasado por las mismas experiencias y el estrecho contacto que mantienen constituyen los factores que distinguen a las organizaciones de autoayuda de las ONG profesionales. AME y ARACEM han abierto espacios – para encuentros, para un apoyo dirigido, pero también para un compromiso político.

¿Cómo describiría usted esto de manera concreta?

AME ha percibido muy tempranamente que no se trata sólo de hacer llegar ayuda humanitaria a los desplazados internos, sino de fortalecer sus estructuras de autoayuda. En Bamako se han organizado grupos de base y de autoayuda. AME intenta apoyarlos en este esfuerzo y al mismo tiempo ponerlos en contacto con la población local en Bamako, para despertar la atención de los habitantes y lograr su comprensión frente a la situación de los desplazados. Se trata entonces de convertir la labor con los grupos de autoayuda en un diálogo, a través de actos públicos y labor de prensa, pero también mediante encuentros personales.

¿Cómo actúa ARACEM en esta situación en su calidad de iniciativa de migrantes no malíes?

Es interesante observar la labor que AME cumple actualmente con los desplazados internos, pues es sumamente similar a la que realizó hace años en relación con ARACEM. En su momento, ARACEM era una organización de autoayuda sumamente precaria, que intentaba articular sus intereses y crear una red de solidaridad. AME la apoyó en este objetivo. Ahora, el éxito es visible: ya en 2012, ARACEM prestó una ayuda inmediata a los desplazados internos malíes con el apoyo de medico. El grupo distribuyó materiales de emergencia en Bamako, lo cual generó un gran reconocimiento en el lugar, aún más tomando en cuenta el aumento de la xenofobia en los últimos años, la cual no existía en Mali hasta ese momento. Ante una situación de este tipo, la solidaridad mostrada por ARACEM con los desplazados malíes sirvió para integrarla aún más en la sociedad de Mali. Mal que bien, esto constituye un ejemplo de un desarrollo positivo en medio de la gran crisis.

La entrevista fue realizada por Anne Jung.

Durante el año 2012, medico apoyó a sus contrapartes en Mali, AME y ARCAEM, con un total de € 79.000.

Publicado: 12. septiembre 2013

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